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Mujeres en el switcher


Por Julieta Bilik

Publicada en DIRECTORES en abril 2016. Descargar PDF.


Este año, la televisión argentina cumplirá su 65 aniversario. Podría decirse entonces que ha llegado a la tercera edad y que se encuentra en un estado de completa madurez. Sin embargo, en términos de género no está todo resuelto. Si bien hay muchas mujeres trabajando en la industria, pocas alcanzan los puestos jerárquicos y a todas les cuesta hacerse un lugar. Aunque menos que en otras épocas, el machismo sigue vigente y con él muchos prejuicios y preconceptos infundados. En esta nota, un racconto histórico sobre el rol de la mujer en la industria y la palabra de directoras en ejercicio que cuentan sus peripecias para trabajar en un medio que, a veces, les es hostil.

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Las pioneras

Las que abrieron el camino fueron tres: María Inés Andrés, Martha Reguera y María Herminia Avellaneda. Ella se iniciaron en la actividad un poco por azar, otro por casualidad y -por suerte- lograron marcar el rumbo. A fuerza de trabajo, dedicación y respeto impusieron la impronta femenina en la tv local.


Martha Reguera se inició como actriz de teatro y fue directora de grandes éxitos como Al caer la noche (codirigida con Narciso Ibáñez Menta), Malevo, Estación Retiro, La Sombra, El pulpo negro, Vendedoras de Lafayette y Cosecharás tu siembra, protagonizada por Luisa Kuliok y Osvaldo Laport. Hizo especiales televisivos como Ceremonia secreta, inspirado en el cuento de Marco Denevi y participó en varios capítulos de la legendaria Alta comedia. Como Directora de cámaras realizó El muñeco maldito y El fantasma de la ópera, dos obras maestras del terror protagonizadas por Narciso Ibáñez Menta. También actuó en cine en Días de odio, de Leopoldo Torre Nilsson. Falleció en agosto de 1991.


María Herminia Avellaneda nació en 1931 en la provincia de Buenos Aires. Estudió arte escénico con Antonio Cunill Cabanellas y debutó como asistente de dirección televisiva en 1955 en el programa de la periodista Blackie. Se destacó en 1966 por la serie Romeo y Julieta (en Canal 13, protagonizada por Rodolfo Bebán y Evangelina Salazar) y en 1971 logró un enorme éxito con la película Juguemos en el Mundo, en la que adaptó textos de María Elena Walsh. En 1980 dirigió su segundo largo: Rosa de lejos (de la que también hizo una novela) y en 1982 montó el espectáculo Hoy como ayer sobre textos de María Elena Walsh con Susana Rinaldi en el desaparecido Teatro Odeon. Durante 1984 se desempeñó en la función pública como directora de ATC. Falleció víctima de cáncer a los 63 años.


María Inés Andrés estudió las letras en la Universidad Nacional de Tucumán y teatro en México. Trabajó en el exterior (Venezuela, México y Estados Unidos) y sus primeros pasos en la televisión argentina fueron como productora de programas de panel característicos del Canal 13 de esos años, entre ellos: Dígalo con mímica, Tengo un secreto, Sálvese quien pueda, Siga hablando, Termine un chiste, Compre la orquesta y Vístase señor. Fue la directora de varios clásicos de la tv local como Viendo a Biondi, La nena (con Osvaldo Miranda, Marilina Ross y Joe Rigoli), Este es mi mundo (con Julieta Magaña) y Las horas de Andrés, con Andrés Percivale. Tras su desvinculación de Canal 13, en los 90, se vinculó a TV Quality, de Pedro Simoncini, y se dedicó a la docencia en los cursos y talleres de guión que dictó en la Librería Clásica y Moderna. Murió en julio de 2004.


Exponentes de la tv color

Diana Álvarez es sinónimo de televisión. En actividad como directora de telenovelas, unitarios y miniseries desde 1972, tiene en su haber varios éxitos como Alén, luz de luna; La extraña dama; Nosotros y los miedos; El oro y el barro; Estrellita mía y Hombre de mar; entre muchos otros. También trabajó en Perú, México, Chile, España Uruguay y Puerto Rico. En España dirigió El oro y el barro y Buscavidas para Antena 3. Por sus trabajos recibió, entre otros, los Premios Santa Clara de Asís, Prensario, Martín Fierro y Konex. Además, fue docente.


Según cuenta, su vocación estuvo definida desde muy chica, cuando todavía cursaba la escuela secundaria. “Me iba todos los días a canal 7 para encontrar a Martha Reguera. Naturalmente, no me dejaban entrar. Hasta que un día el portero se apiadó y me dijo: Esa que viene ahí es Martha Reguera. La encaré y primero no dio resultado. Ella tenía un carácter bastante duro hasta que viéndome todos los días me dejó entrar. Yo tenía 15 años y empecé a ayudar en forma gratuita. Después, como era directora artística en una agencia de publicidad, que en esa época eran muy importantes, me llevó para allá. Empecé a trabajar ahí por la mañana porque iba al colegio por la tarde. Pero tuve un accidente y estuve un año internada. Eso fue en el año 60, cuando yo estaba estudiando locución en el ISER para tener un medio más de vida porque sabía que para la mujer todo iba a ser muuuy difícil”.


Sobre la tv de aquellos años recuerda: “Cuando yo llegué había dos mujeres: María Herminia Avellaneda y Martha Reguera. Martha estaba casada con Martín Clutet, quien fue junto con Nicolás del Boca, Borda, Tito de Neglio y otros directores los que empezaron la tele. En el 51, 52 no había nadie. Fue muy difícil todo. Fue “pasa y haga”. La tv fue inventada por Yankilevich. Martín Clutet entró porque era sonidista de radio, primero se dedicó al sonido y después pasó a director. Todos más o menos igual. Martha fue una directora con mucho poder en la televisión y fue ella quien me dio una mano”.


Pero ¿cómo llegó Diana a ser directora? “Cuando volví en 1961 después de la internación, me llamó Narciso Ibáñez Menta que sabía de mí por Martha. Me pusieron como tercera asistente de dirección. Fui escalando en el trabajo. El primer asistente, Pepito Giménez, era un español que me enseñó mucho en la vida. Era un hombre grande y como Narciso grababa únicamente de noche, en un momento determinado él se iba a dormir y yo quedaba al mando de todo. Así comencé mi carrera de la mano de un maestro. En el 67 empecé a hacer puesta en escena y dirección de actores. Migré, con el que trabajé gran parte de mi vida, quería que dirigiera cámaras, pero yo todavía no estaba preparada para eso y era muy responsable”. En el 72 se produjo el gran salto mientras producía Rolando Rivas Taxista y una Un extraño en nuestros vidas, las dos dirigidas por Roberto Denis. “Claro, en menos de un mes Roberto estaba liquidado entonces Alberto me dijo: Diana, basta. La tira la hace usted -porque nunca nos tuteábamos- completa: puesta en escena y dirección de cámaras. Así empecé a dirigir en forma integral”.


Clara Zappettini es otro de los nombres de mujer fuerte en la tv local. Licenciada en Realización Cinematográfica por la Universidad Nacional de La Plata y Directora integral de televisión por la Universidad del Salvador, entre sus trabajos se destacan: La otra tierra, Historia con aplausos (ciclo de 40 documentales para ATC, 1990-92), micros de cine argentino para El Palacio de la Risa, de Antonio Gasalla (PK) (1992), Mujeres Argentinas para la Secretaría de Cultura de la Nación y Julio Bocca, 25 años (1993). Además se desempeñó como docente y obtuvo números premios. Actualmente, trabaja en el consejo profesional de cine de ARGENTORES.


Sobre el despertar de su vocación, cuenta: “Desde chica quise hacer cine. Después del colegio vivía con la radio, y mi abuelo se ganó el cielo llevándome al cine para ver más de una vez la misma película. Cuando terminé el secundario en 1958 sólo estaban las Escuelas de Cine de las Universidades del Litoral y de La Plata. Me inscribí en Bellas Artes de La Plata para la carrera de cine. El interés por la televisión surgió cuando cursé en la Universidad del Salvador, donde se dictaba la carrera de dirección”. Respecto a sus comienzos en la actividad, agrega: “En general a todos los que ingresaban a un canal, pero a las mujeres en particular, nos ubicaban en el área de producción. Recién pude dirigir después de mucho tiempo y en realización de exteriores con una sola cámara”. Y concluye: “Había muy pocas mujeres que “ponchaban” en el control de los estudios y era muy difícil llegar”.


Como consejo para mujeres que quieran trabajar en tv, agrega: “Que dominen el oficio, pero por sobre todo que lo amen, que tenga pasión por él”. Para Diana Álvarez aunque en la actualidad la mujer tiene un lugar un poco más ganado, todavía no es total. Por eso aconseja: “Si la mujer sabe lo que quiere, lo sabe pedir y se sabe imponer desde el respeto, que es el respeto que ella tiene por el otro, va a poder triunfar en televisión, estar y encontrar su lugar”. Para ella, depende de cada una. “Si vos te dejás pisar, te van a pisar, como periodista, como vendedora de tienda, como lo que sea. El asunto es hacerse respetar y respetar”. Y concluye: “Si no hay amor y pasión, no se puede hacer televisión porque son fundamentales para estar 14 horas por día dedicada a eso”.


Directoras integrales y asociadas


Directores integrales es un título que empezaron a usar los directores y las directoras que hacían puesta en escena, dirección de actores y de cámaras. Álvarez explica: “Empezamos a diferenciarnos porque hacíamos todo, aunque igual no servía para nada. A veces en los Martín Fierro me nominaban con directores de programas de entretenimiento. Y no es lo mismo. Ese es parte del trabajo que hacemos desde las asociaciones profesionales. Por ejemplo en la DOAT, de la cual yo soy presidente, intentamos profundizar en lo que es la labor de un director de ficción y concientizar de que hay campos diferentes. Yo no podría dirigir fútbol ni hacer un noticiero. Yo sé manejar actores, y eso es lo que siempre quise y para lo que estudié”.


Cuenta que María Herminia Avellaneda quería fundar una sociedad de directores. “No por plata, sino para encontrarnos, intercambiar ideas, tener un club de directores, una sociedad para enaltecer la profesión. Ella había conseguido que le prestaran una casa para hacer estas reuniones. Pero durante meses solo fuimos ella y yo. Nadie quería saber nada. Todos eran directores independientes, les importa tres carajos y había mucho egoísmo” Recién en 2011 los directores de TV lograron formar la DOAT. “Creo que pudimos formar DOAT porque la mirada estaba puesta en la DAC que ya estaba consolidada. Creo que los directores de televisión nos llegamos a unir por una necesidad económica, por saber que íbamos a tener una retribución si nos uníamos, no por una cuestión de crecimiento artístico. Esa es mi opinión impune y que no le gusta a nadie que la diga”.


En actividad

La TV actual, diversificada en múltiples pantallas y encargada de producir infinidad de contenidos, es mucho más amplia que en otros tiempos. Sin embargo, la cuestión de género sigue vigente y algunos estereotipos son difíciles de superar. Por eso, hablamos con varias directoras que están en actividad para que cuenten sus experiencias.


Estela Cristiani se recibió de diseñadora de imagen y sonido en la UBA y muchos años después mientras trabajaba como docente en esa misma universidad, decidió cumplir su deseo de trabajar en el medio. “Llegué a Pol-ka buscando integrarme a uno de sus equipos. Empecé como continuista de una tira exitosa (Son amores) y desde ese día supe que la televisión era algo que me gustaba hacer. A los pocos años, Daniel Barone me ofreció hacer un reemplazo de su asistente de dirección. La dirección llegó de la misma manera: reemplazando a los directores que me lo pedían, hasta que surgió la oportunidad de ser directora titular de un unitario para la TV pública”.


Socia de DOAT, trabajó para Endemol, Pol-ka y Telefé, y dirigió programas de la tv local como La viuda de Rafael, Aliados, El consejero y Cría de Canguros. Con varios años de experiencia, Estela cree que hacen falta más mujeres en el medio. “No porque tengamos algo diferente que los hombres, sino porque todo es aún muy machista. Hay muchas mujeres capaces, pero nos es más difícil acceder a los puestos jerárquicos, quizás solo por costumbre o por prejuicio de los productores a la hora de contratarnos”.


Makena Lorenzo comenzó su carrera en 1992 diseñando y realizando los paquetes gráficos para las transmisiones del torneo de fútbol local y de Fútbol de Primera que en ese entonces producía Torneos y Competencias. Luego, surgió la posibilidad de trabajar en equipo con la agencia La comunidad. A partir de ese momento siguió trabajando en publicidad y en 2008 armó junto con Néstor Mazzini la productora BandaAparte con la que dirigió varias series de cuentos infantiles para PakaPaka.


Para ella, también hacen falta más mujeres dirigiendo porque eso ayudaría a generar un equilibrio en la tv local. “La mirada femenina es distinta, por lo tanto tiene mucho para aportar. Vemos otros matices, hay otra manera de comunicarse con los actores y el equipo, más intuitiva. Miramos desde otro ángulo y ponemos el foco en cosas distintas a los hombres. Todo esto enriquece y suma”.


Cuenta, además, que en los últimos años en los canales estatales como Encuentro y PakaPaka este equilibrio estaba lográndose tanto en la dirección de contenidos como en los puestos directivos. “En los canales privados esta falta aún es más notoria. En general son lugares ocupados por hombres, es un ambiente más bien machista y el que llega a director, es después de haber hecho una carrera entera en el canal”.

Sabrina Farji es directora de cine y tv, guionista y productora. Además de ser miembro de PCI, APIMA y La mujer y el Cine, ha trabajado como docente y tutora, y ha sido jurado en numerosos festivales y certámenes nacionales. Sus comienzos en la TV se dieron gracias a un concurso para series de televisión que lanzó el INCAA en 2010 tras la sanción de la Ley de Medios. Producto de haberlo ganado dirigió El Paraíso que en los premios Martín Fierro de ese año compitió con unitarios de canales privados como El Puntero (Canal 13) y El hombre de tu vida (dirigido por Juan José Campanella para Telefé) que contaban con muchísimo más presupuesto.


Entre los referentes femeninos que admira está una de las pioneras, María Herminia Avellaneda “que ha logrado darle una calidad al estilo de actuación porque se fijaba en lo integral del proyecto, no indicaba sólo dónde pararse. Se trabajaba más teatralmente y hubo propuestas como Rosa de Lejos o ese programa que era solo un decorado con fondo negro Situación Límite. Eran contenidos con una fuerte mirada de director. Más allá de que fuera hombre o mujer”.


Sabrina no piensa el trabajo desde el punto de vista del género. “Creo que hay que pensarlo más desde la calidad, la capacidad y la tenacidad para sostener el ritmo que implica, no solo en las grabaciones sino en la competitividad de los negocios, las fuerzas de poder, etc. Pero nada que una mujer no pueda hacer. Cuando somos apasionadas por nuestro trabajo y nuestra vocación, damos todo y más y hacemos maravillas para estar presentes en la casa y con nuestros hijos”. Y sintetiza: “No creo en el sexo del director pero sí en su manera de ver el mundo y por lo tanto el encare de los proyectos. Eso es lo que enriquece una pantalla, la diversidad de miradas”.


En la publicidad

Makena Lorenzo, con amplia experiencia en el medio publicitario, cuenta que ese ambiente también es bastante estereotipado. “Podría nombrar varios directores conocidos hombres y me costaría bastante recordar una directora que suene fuerte. Los directores se los contrata por especialidad, las publicidades más interesantes parecen estar destinadas a que las dirijan los hombres y para las películas de yogurt light, queso rayado, bebés o cualquier temática familiar resultaría más probable que nos elijan para dirigirlas”. Aunque admite que es muy difícil de cambiar, deja un mensaje para las generaciones futuras: “Cuando tengan hijos, si ellos van a trabajar en la industria publicitaria argentina, edúquenlos con más amplitud de criterio”.

Hacia el futuro

Como sugerencia a las nuevas generaciones de directoras, Cristiani propone: “No antepongan su género como característica o condición para el trabajo ya que la profesión no la determina ser mujer o no. La sensibilidad, el conocimiento y la capacidad de liderazgo dependen de muchas otras cosas más importantes”.


Y cuenta sobre su experiencia: “Ser mujer y dirigir tv es una mezcla de 12 horas de set en paralelo a las obligaciones de la vida privada, que le dan un color sensible y humano al rol de director. A veces, te dicen “sí señora”, mientras te elogian el pantalón y eso lejos de subestimar tu trabajo lo hace más divertido. El género no te hace mejor ni peor profesional. La experiencia sí. Deberíamos tener más posibilidades de experimentar, todavía no nos dan este privilegio muy seguido.”


Lorenzo, por su parte, agrega: “Estén muy atentas a no reprimir su lado femenino porque ahí seguramente, va estar el tesoro, lo distinto, lo auténtico que tenemos para decir. Creo que hay una tendencia cuando las mujeres dirigimos, de querer hacernos más hombres, más agresivas. Esto parece plantarnos mejor frente a un equipo que puede ser en mayoría masculino o para lidiar con situaciones de producción, pero en ese camino es probable que perdamos algo de lo más puro que tenemos para ofrecer como mirada”.


Anécdotas de mujer:

“Me ha pasado de pedirle a un actor que espere un minuto a que termine el breve llamado en que una de mis hijas me avisaba que había aprobado matemática previa y, luego de un festejo público con el equipo, dar inicio a la escena”. Estela Cristiani


“En mi debut en televisión, cuando tenía 17 años y me habían puesto como asistente de un programa en vivo de un folklorista que se llamaba Pancho Cardenas, me agaché para darle una señal a un guitarrista y un cameraman me dio una patada en la cola y me mandó al medio del decorado. Ese fue mi debut, lo que hicieron para probarme. Fueron muy duros mis comienzos. Yo no dije nada en el momento y cuando terminó el programa me le acerqué y se lo agradecí. Ahí cambió la cara el tipo, que era un cameraman muy importante del que después me hice muy amiga, y me dijo: “¿Por qué me lo agradecés?” Y yo le respondí: “Porque algo habré hecho mal. Sino no habría tenido una reprimenda”. Diana Álvarez


“En una oportunidad en un programa en vivo, en un corte le indiqué una corrección al director de cámaras. Se puso furioso, y me gritó entre otras cosas ”menopáusica”; le contesté que yo “estaba viva, ponía la misma energía en un programa de tres horas o en un micro,” pero qué a él no le importaba nada, “estás muerto, sos una momia y no te diste cuenta”. Esta frase la recuerdo siempre, ya que hay momias en todas las profesiones”. Clara Zappettini


“En el 72, el primer día que me puse los teléfonos para comunicarme con los 3 camarógrafos, que me temblaba desde el dedo gordo del pie hasta el último pelo de la cabeza, ellos los apagaron para no escucharme. Yo les pedía que achicaran el plano, que se corrieran y ninguno me daba pelota. Cuando terminó el bloque los llevé atrás del decorado y les dije: “Miren muchachos, yo sé que hoy empiezo a dirigir y alguna me iban a hacer. Pero no pensaba que iba a ser una tan fuerte. Ya son muchos años que trabajo, ustedes me conocen mucho...” Y después me enteré que los habían mandado a hacer eso. Había muchos que querían que yo fracasara como directora. Fue muuuuy difícil. Trataron en todo momento que yo no dirigiera. Hasta dirigir actores estaba permitido. Pero como era mi vida y mi pasión seguí adelante”. Diana Álvarez


“Me gusta mucho cuando mis hijas me vienen a ver a un rodaje o aparecen hijos de gente del equipo. En eso reconozco que aparece mi costado maternal. Es como tener la casa llena de chicos”. Sabrina Farji


*Por Julieta Bilik

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