Tres dimensiones argentinas
- Julieta Bilik
- 5 oct 2014
- 4 Min. de lectura
Por Julieta Bilik
Publicado en LA NACION el 5 de octubre de 2014
Con el estreno de Necrofobia, íntegramente filmada en 3D, se abre el debate sobre la viabilidad de producir en el país con esta tecnología.

Era quizás lo único en lo que David Griffith y Sergei Eisenstein estaban de acuerdo: el cine del futuro sería en 3D. El primero, creador del montaje invisible, considerado el padre del cine moderno y autor de El nacimiento de una nación, decía que "las películas sólo llegarán a plasmar su efectividad ideal cuando sean estereoscópicas". Para el segundo, director soviético promotor del montaje intelectual y responsable de obras emblemáticas, como El acorazado Potemkin y Octubre, "la humanidad ha estado moviéndose durante siglos hacia el cine estereoscópico".
En el epílogo de El cine después del cine, J. Hoberman explica que incluso los pioneros del cine Thomas Alva Edison y los hermanos Lumière sopesaron la posibilidad de las tres dimensiones. Y hoy, pasados 120 años de aquellos primeros intentos, la búsqueda no cesó. Quizá porque el 3D es un formato que intenta representar con mayor fidelidad la visión humana y ése es uno de los propósitos que siempre ha perseguido el séptimo arte.
Ganarle al DVD
Tras la necesidad de recuperar espectadores y renovar su popularidad ante el boom de las pantallas caseras y la DVD manía, el cine se abocó a desarrollar estrategias tecnológicas para renovar la experiencia de ver películas en la sala y afianzar su condición de ritual.
Si bien existen películas en distintas versiones de 3D desde la década del 20 del siglo pasado todas basadas en el principio de la visión estereoscópica que genera la ilusión de las tres dimensiones a partir de un par de imágenes en 2D-, fue en agosto de 2010, con el reestreno en tres dimensiones de la ya exitosa Avatar, de James Cameron, cuando la repercusión y la afluencia del público demostraron que era un formato que llegaba para quedarse.
En la Argentina, los inicios del 3D se remontan a Buenos Aires en relieve, de Don Napy, de 1954, primera producción nacional en 3D, de 40 minutos de duración. Se trata de un documental que recorre las calles de la ciudad y que restaurado se proyectó en el Festival de Mar del Plata de 2013. Pero no fue hasta que se estrenó Peter Capusotto y sus 3 dimensiones en 2012, cuando volvió a filmarse en el país de esa forma. Sin embargo, la consagración llegó con Metegol, la película animada de Juan José Campanella, que costó 20 millones de dólares y fue vista por más de dos millones de personas en la Argentina.
Hoy, la gran apuesta nacional del formato es Necrofobia, la primera película de terror con actores filmada íntegramente en 3D. Dirigido por Daniel de la Vega, Necrofobia es un thriller psicológico que narra el drama de Dante interpretado por Luis Machín, un sastre que sufre una severa fobia ante la muerte, en el que el 3D profundiza en las confusiones y el terror que padece el protagonista.
Mariano Suárez, su director de fotografía y miembro de Autores de Fotografía Cinematográfica Argentina (ADF), cuenta que el cine 3D se está convirtiendo en una decisión viable en el país. "Necrofobia es una película de presupuesto estándar, que podría haber llegado a las salas en 2D, pero una decisión hábil hizo que tuviera un plus por el formato." Sobre los efectos del 3D, Suárez explica que cambia la manera de ver los espacios, los movimientos y la profundidad de campo. Y además, como se usan dos cámaras (o una cámara con dos lentes), todo requiere un doble chequeo.
Para Guillermo Gatti, uno de los editores de Necrofobia , junto con el propio De la Vega y Martín Blousson, y presidente de la Asociación Argentina de Editores Audiovisuales (EDA), el mercado en la Argentina existe. "La gente consume películas en 3D, pero faltan más productores argentinos como Néstor Sánchez Sotelo [el deNecrofobia] dispuestos a arriesgar a morder un poco de esa torta que se llevan las producciones norteamericanas."
Sebastián Tolosa trabaja como estereógrafo aquel que se encarga de decidir cuán pronunciado será el efecto 3D y en la posproducción de publicidades y películas que usan esa tecnología, como El inventor de juegos, de Juan Pablo Buscarini, coproducción internacional filmada en el país.
Iván Fund es un cineasta santafecino que en su último proyecto, AB , decidió incluir un fragmento en 3D. Si bien cuenta que lo filmó con una camarita hogareña y que fue "un experimento", cree que él puede aportar nuevos recursos al lenguaje cinematográfico. "Al mirar por el display tuve la sensación de ver las cosas por primera vez."
En cuanto al uso narrativo, el formato parece todavía estar en una etapa embrionaria. Aunque existen gratas excepciones: los documentales La cueva de los sueños olvidados, de Werner Herzog, en el que el 3D replica el modo en que los "hombres primitivos" hicieron sus pinturas rupestres, y Pina, de Wim Wenders, en la que las tres dimensiones sirvieron para retratar la intensidad del movimiento en la danza de Pina Bausch.
En plena (re)evolución Realidad virtual, nuevas salas interactivas y cine holográfico, las propuestas que se vienen
Se espera que la realidad virtual -VR, por sus siglas en inglés sea la próxima revolución en materia de entretenimiento. Según publicó The Hollywood Reporter en junio, la próxima generación de entretenimiento será menos restrictiva y más envolvente, y logrará expandirse más allá de las pantallas. Además, se espera que la VR abarque rubros que van desde los videojuegos hasta la educación, así como a los contenidos narrativos. En Hollywood, por ejemplo, ya se sabe que Fox está explorando experiencias de realidad virtual para sus próximas películas The Wild y la secuela de Una noche en el museo.
Además, existe el 4DX, un nuevo tipo de sala de cine que ofrece una experiencia interactiva con olores, movimiento en las butacas y hasta rocío. Inaugurada en Los Ángeles, en junio pasado, ya es un boom y supera en estadísticas a las salas de cine tradicionales.
Por otro lado, está todavía en desarrollo el cine holográfico. La intención es crear un holograma que se pueda ver desde cualquier ángulo, sin necesidad de lentes 3D.
En la Argentina, acaba de inaugurar en un complejo de Pilar la segunda sala Monster (la otra está en la ciudad de Neuquén) que, además de contar con el nuevo sistema de sonido Dolby Atmos, tiene un doble equipo de proyección (que permite mejorar la calidad para las películas en 3D), una pantalla de 23 metros de ancho por el equivalente a cuatro pisos de altura y una inclinación del auditorio de 25 grados.
Por: Julieta Bilik
留言