Jazmin Stuart, la chica que hace películas
- Julieta Bilik

- 4 ago 2019
- 6 Min. de lectura
A poco de haber estrenado Pistas para volver a casa, su segunda película como directora, Jazmín Stuart habla del maremoto que implica filmar, los prejuicios, la crítica y sus nuevos proyectos.
Por Julieta Bilik
Publicada en DIRECTORES en abril 2015. Descargar PDF.

Dos hermanos emprenden un viaje para ayudar a su papá y a partir de entonces se despliega toda la unión y el desencuentro que convive en su relación fraternal. Como el de Alicia en el país de las maravillas, el viaje implica aventuras, emoción y un sinfín de sensaciones y encuentros que los irán transformando. En cartelera desde el 5 de marzo, Pistas para volver a casa es la nueva película de Jazmín Stuart, que además de actriz es guionista y directora.
¿Con qué se van a encontrar los espectadores que vayan a ver Pistas para volver a casa?
Es una road movie con dos personajes muy interesantes y muy entrañables que son los hermanos que componen Érica Rivas y Juan Minujín. Por momentos es una película de aventuras que remite a esas que veíamos cuando éramos chicos en los 80s. También hay un entrecruce permanente de género y de tonos porque es una película que puede emocionarte y a los tres minutos te hace reír. Es un camino sinuoso con distintos climas y emociones. A nivel visual es un viaje estético interesante porque la película recorre muchas locaciones y tiene muchos personajes secundarios. Es una película multicolor que no se cierra en sí misma y tiene, por el contrario, mucho despliegue. Para mí, uno encuentra un espejo en Pistas para volver a casa porque habla sobre el vínculo de la hermandad, sobre la familia como resultado de lo que se puede, va en contra de la idea publicitaria de familia y ese creo que es un tema muy de esta época. Es una película que genera identificación.
¿Cómo fue la recepción el año pasado en el festival Mar del Plata (donde la película compitió por el premio a mejor película argentina)?
La devolución fue muy buena. Fui con muchas dudas, sin saber si el público iba a poder recorrer ese camino tan cambiante que es Pistas para volver a casa y me encontré con una respuesta super favorable. Emprendieron el viaje que yo quería que hicieran sentados en sus butacas. Hubo emoción y risa.
¿Cuál fue la diferencia entre dirigir una historia ajena como tu ópera prima Desmadre (codigirida con Juan Pablo Martínez y basado en la novela de Guillermo Fadanelli Para ella todo suena a Franck Pourcel) y una propia como Pistas para volver a casa?
Fueron procesos muy diferentes. En Desmadre me sentí un poco como visitante o invitada al proyecto. Juan Pablo es un fanático de la obra de Fadanelli y estaba fascinado con la novela. Me propuso sumarme a la tarea de adaptarla a un guión cinematográfico y dirigirlo juntos porque sentía que había algo que le quedaba un poco lejos al tratarse de una relación entre una madre y su hija adolescente y ser un mundo tan femenino. Él había visto una obra que yo dirigí y escribí que se llama La mujer que al amor no se asoma y le había gustado el trabajo que yo había hecho con la naturaleza femenina y los personajes. Entonces se le ocurrió que podía darle una mano con la novela de Fadanelli. Empezamos a trabajar y fue difícil llevar la novela, que es muy introspectiva y muy literaria, a acción, diálogos, material filmable. Para mí, lo más importante de la experiencia fue salir a filmar, animarme por primera vez a a tomar decisiones en el set y tratar de encontrar una unidad en todo ese maremoto que es filmar una película. Fue una muy buena experiencia de fogueo, muy importante para probar cosas y probarme a mí misma en el rol de directora.
¿Y Pistas para volver a casa?
Es enteramente mía. En ningún momento hubo agujeros negros, dudas. Tenía muchas respuestas porque todo había salido de mi cabeza. Fue trabajar con otro grado de certeza.
Siempre decís que lo fundamental para vos a la hora de dirigir es el trabajo con los actores, ¿por qué?
Tiene que ver con que cuando escribo casi siempre la acción se desprende de la naturaleza de los personajes. Lo primero que me aparece son personajes, la complejidad de su psicología y las fuerzas que se oponen dentro de ellos. Si eso no está presente, la película no avanza. Por eso cuando a caigo a filmar con un guión que está apoyado sobre los personajes si no trabajo profundamente con los actores siento que la película no se pone en movimiento. Además como soy actriz hay algo ahí que siento que puedo manejar con un conocimiento más artesanal. Soy muy consciente de los procesos que llevan a la construcción de un personaje o a la interpretación de un diálogo. Es donde me siento más cómoda.
En Pistas para volver a casa la banda sonora es casi un personaje más, ¿cómo fue el trabajo de diseño que hiciste con Jésica Suárez?
Cuando le pasé a Jésica el guión por primera vez hizo un análisis muy interesante y muy exhaustivo con respecto a las atmósferas y a los climas que la película iba proponiendo, sobre todo la transición de lo urbano a lo más salvaje de la naturaleza. Cuando decidimos que la música la hiciera Guillermo Guareschi entró en juego el elemento musical y ya en la postproducción hubo todo un trabajo de balance entre la música y los ambientes. Terminó siendo una película con mucha presencia musical, incluso hay momentos donde nos tomamos algunas licencias y nos alejamos del hiperrealismo. A través de la banda sonora intentamos construir climas, atmósferas, algo un poquito más despegado de la realidad.
¿Sentís prejuicio desde el medio por ser mujer y actriz además de directora?
Si hay prejuicios los debo cargar todos encima. Es cierto que es raro que una actriz se ponga a dirigir. Hay algo histórico con las mujeres y el cine, pero por suerte en la Argentina creo que llevamos mucha ventaja. En otros países hay menos, acá encontrás mujeres no solo dirigiendo sino en todas las áreas del trabajo en cine. De a poco fuimos ganando espacio y somos respetadas. Me parece que no hay demasiado prejuicio pero sí una costumbre histórica de que el cine es un terreno de hombres aunque eso va cambiando lentamente. Sobre las directoras mujeres hay otra lupa puesta, otras expectativas. En mi caso, yo supongo que existe el prejuicio pero no lo siento. Ni de parte de los colegas que trabajan detrás de cámara ni de los que trabajan delante.
Hiciste un spot para promocionar la película El crítico, de Hernán Guerschuny, en el que, a través de la ironía, sos muy severa con los que critican pero no hacen. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Es difícil. A mí la crítica me parece algo valioso siempre y cuando sea desde un lugar instruido, formado y constructivo. Hay un par de críticos con los que encuentro resonancia, respeto mucho y creo que argumentan desde un lugar interesante. Después hay otros que hablan desde un lugar más destructivo, más chabacano, más chato, más desinformado. De esos abundan. Me apena un poco a veces que para cierto tipo de público el crítico sea una figura tan definitoria porque hay muchísimas miradas y percepciones distintas sobre una misma obra. Que la gente decida ir o no ir a ver una película porque en determinado diario le pusieron cinco muñequitos o dos es una lástima. Pero eso no solo depende del sistema de la crítica cinematográfica sino más bien de la educación y la formación que tiene nuestro público, cuánto se aventura a ver un cine distinto o a probar con sus propios ojos y percepciones qué les pasa.
¿Tuviste alguna mala experiencia?
En Desmadre fueron todas críticas bastante buenas. Y las que no fueron 100% positivas marcaban cosas con las que yo acordaba. Ahí lo tomé como algo bienvenido. Pero también hubo algun crítico que fue un poco despectivo y mencionó el hecho de que yo fuera actriz y ahí perdió mi respeto. Que un crítico argumente que no le gustó una película utilizando como excusa que la directora es actriz, no me parece. Para mí, no entiende nada, lo veo como a un ignorante.
¿Estás con nuevos proyectos? ¿Cuáles?
Escribimos un guión con Hernán Guerschuny [el director de la revista Haciendo Cine] que se llama Recreo y vamos a codirigir. Yo voy a actuar uno de los personajes y aparentemente ya tendríamos productor y se filmaría esta primavera. Es la historia de tres parejas rondando los 40 que se van a pasar Semana Santa todos juntos a una quinta. Es una película de personajes, muy de actuación. Habla un poco sobre tener 40 años, cuestiona el modelo de pareja y de familia típicos, habla sobre drogas, sexo y rock and roll. Es una especie de paisaje emocional, una película que se hace preguntas sin dejar de lado el humor. Además, estamos escribiendo una película de terror psicológico con Gabriel Media [director de La araña vampiro y Los paranoicos] sobre la relación del hombre con la naturaleza que él va a dirigir y yo voy a protagonizar. También terminé una primera versión de un guión propio que se llama La bestia que me gustaría dirigir y quizás me anime a protagonizar.
¿Y cómo actriz?
Voy a protagonizar este año la próxima película de Diego Fried [director de Vino] y se está por estrenar una serie de trece capítulos que dirigió Gabriel Nessi [Todos contra Juan y Días de Vinilo] que protagonizamos con Fernán Mirás, Gustavo Garzón, Marcelo Mazzarello y Damián Dreizik. Es una comedia que aún no tiene canal definido.



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